La conquista duró 200 años.
Para castigar las incursiones de los rebeldes lusitanos a las ciudades sometidas al yugo romano, el entonces pretor Servio Sulpicio Galba, que gobernaba la Hispania Ulterior, los atacó en las zonas de las actuales Andalucía y Extremadura. Pero los lusitanos causaron a Galba enormes pérdidas y tuvo que retirarse.
Al poco tiempo entró nuevamente en la Lusitania y asoló el país. Cuando los lusitanos enviaron una embajada reclamando por la violación de un tratado que habían hecho anteriormente, Galba recibió a los embajadores amablemente y les prometió tierras fértiles donde se podrían establecer si permanecían leales a Roma.
Acudieron unos 30.000 lusitanos solicitando el cumplimiento de esta promesa y Galba los repartió en tres campamentos y les exigió que entregaran sus armas en señal de amistad; entonces los rodeó con todo su ejército y ordenó atacarlos; unos 9.000 fueron acuchillados y más de 20.000 prisioneros fueron vendidos como esclavos en las Galias. Sólo unos pocos pudieron escapar y entre ellos estaba Viriato.
Viriato, poco tiempo después, se puso al frente de los lusitanos e hizo frente a la expansión de Roma en el territorio comprendido entre el Duero y el Guadiana, incluyendo aproximadamente lo que hoy es parte de la provincia de Zamora, casi toda la provincia de Salamanca, el territorio occidental de la provincia de Ávila, Extremadura, el occidente de la provincia de Toledo y, por último, Portugal.
Dio muerte a muchos romanos y llevó a cabo grandes hazañas. Se le conocía como Terror
romanorum (El
terror de los romanos). Durante ocho años consecutivos derrotó a todos los
ejércitos romanos dirigidos por importantes generales, como el pretor Quintio,
los cónsules Metelo y Q. Fabio Máximo Serviliano. Éste no tuvo más remedio que
firmar la paz e incluso reconoció a Viriato como amigo del Pueblo Romano.
Se firmó formalmente la
paz con el ejército lusitano pero, a pesar del acuerdo, como los romanos
querían desembarazarse de Viriato, sobornaron a los ursonenses Audax, Ditalcos
y Minuros para que lo asesinaran.
Al volver a su campamento, lo mataron mientras dormía. Luego fueron al
campamento romano a cobrar la recompensa, pero el cónsul Servilio Cepión,
sucesor y hermano de Serviliano, se la negó con las siguientes palabras: «Roma
traditoribus non praemiat», esto es, "Roma no paga a
traidores".
Otros pueblos como los arevacos (celtíberos) opusieron
también una heróica resistencia en una fase intermedia de la conquista romana.
La ciudad más famosa de los arevacos fue Numancia, que tuvo en jaque
durante veinte años a diversos ejércitos romanos hasta que, al ser asesinado
Viriato, se tomó más en serio la destrucción de esta ciudad que parecía estar
humillando a los romanos.
Escipión Emiliano, apodado entonces el Africano Menor y nieto adoptivo del
vencedor de Cartago, Publio Cornelio Escipión el Africano, tomó posiciones
enfrente de Numancia a la que no dio opción de pelear. Cauto y sagaz, Escipión
concibió el plan de cercar y sitiar a los numantinos hasta que faltos de fuerza
se rindieran.
Tras quince meses de asedio la ciudad cayó, vencida
por el hambre. Sus habitantes prefirieron el suicidio a entregarse e incendiaron
la ciudad para que no cayera en manos de los romanos. Los pocos supervivientes
fueron vendidos como esclavos.
Escipión regresó a Roma y allí celebró su triunfo desfilando por las calles con
cincuenta de los numantinos capturados. Para entonces, Numancia y "la
resistencia numantina" ya se había convertido en leyenda.
Así, las respuestas a este Enigma son:
1ª- Las guerras entre Roma y Cartago fueron las Guerras
Púnicas y, de las tres que se libraron, fue en la segunda cuando el escenario estuvo en Hispania.
2ª-Los dos episodios más escalofriantes en territorio hispano a manos de los
romanos fueron:
- la masacre de lusitanos desarmados tras en engaño del pretor Galba
- la resistencia y suicidio de los numantinos ante el cerco de Escipión
Emiliano
3ª- Los
romanos sobornaron a unos ursonenses para que asesinaran a Viriato. Cuando
fueron al campamento romano a cobrar la recompensa, el cónsul Servilio Cepión
se la negó diciendo: «Roma traditoribus
non praemiat», esto es, "Roma no paga a traidores".
Y los alumnos que han acertado este Enigma aunque con algunas inexactitudes han sido:
-Alba Herráez (1º Bach)
-Raquel Fernández y Susana Reques (1º Bach)
-Ana Escribano (4ºESO)
-Raquel Fernández y Susana Reques (1º Bach)
-Ana Escribano (4ºESO)
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